Acuerdos, desacuerdos y un camino por delante

By Ta Minh Tuan (ES), November 2, 2012

Hasta ahora, los autores de esta Mesa Redonda han manifestado niveles de entusiasmo marcadamente diferentes por los bancos internacionales de combustible. Ramamurti Rajaraman por lo general ha apoyado la idea de los bancos de combustible. Khaled Toukan y yo, sin desmerecer dichas instalaciones, nos hemos enfocado más en nuestras reservas sobre las mismas. Sin embargo, los autores de la Mesa Redonda están de acuerdo sobre cuatro problemas principales.

Primero, ninguno de los autores pone en duda que los bancos de combustible, funcionando tal y como fueron diseñados , serían útiles para algunos países en desarrollo. Las naciones que elijan desarrollar sectores de energía nuclear sin ampliar su capacidad de enriquecimiento, podrán sólo beneficiarse del acceso seguro a suministros de emergencia de uranio poco enriquecido siempre y cuando no sean presionados a renunciar a sus derechos bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Segundo, ninguno de los autores niega que las dos iniciativas del banco de combustible vinculadas al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) merecen una oportunidad para demostrar cómo funcionarán en la práctica. De cualquier modo, el tercer punto en el cual concuerdan los autores es que existen dudas significativas alrededor de las iniciativas de bancos de combustible en el mundo en desarrollo, independientemente de cuán potencialmente útiles pudieran parecer . Por lo tanto, desde mi punto de vista, muchos en el mundo en desarrollo no confiarán cabalmente en los bancos de combustible sin una prueba de que operarán de la manera en que fueron diseñados. Las dudas del mundo en desarrollo, por supuesto, están relacionadas con el cuarto punto en el que concuerdan los autores — que las preocupaciones de proliferaciónque tienen algunos Estados con armamento nuclear y Estados proveedores nucleares han sido la motivación principal para el establecimiento de bancos de combustible.

Rajaraman, al discutir este último punto en su segundo ensayo sostiene que “el principio detrás de la no proliferación puede ser asimétrico e injusto, pero esta injusticia no debería usarse como una herramienta ideológica para la oposición completa a los bancos de combustible”. No me opongo, pero al mismo tiempo, creo que es difícil aceptar totalmente los bancos de combustible. Reconozco que algunas naciones con programas de energía nuclear podrían beneficiarse de los bancos de combustible. Pero me pregunto si las naciones nucleares emergentes pueden evitar sospechas de intenciones de proliferación — aun si mantienen buenos records de no proliferación y eligen depender de un banco de combustible para los suministros de emergencia de combustible nuclear. Me temo que el ganar la confianza del mundo desarrollado, podría depender, en última instancia, de renunciar al enriquecimiento. De hecho , muchos en el mundo en desarrollo ven la “regla de oro” establecida por el acuerdo de cooperación nuclear entre Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos y sospechan que a Estados Unidos le gustaría imponer restricciones al ciclo de combustible a un rango amplio de países en desarrollo.

El OIEA, como lo señaló Rajaraman, ofrece garantías bastante explícitas de que el establecimiento de bancos de combustible no intenta reducir los derechos de las naciones en cuanto al ciclo de combustible. Rajaraman está en lo cierto al decir que estas garantías no podrían ser más firmes. No cuestiono las intenciones, la seriedad y la capacidad de gestión de la agencia. Me pregunto, en vez, si el organismo podrá mantener su independencia si naciones poderosas ejercen presión sobre ella. Toukan también pone esto en duda , y la serie de preguntas válidas realizadas en su segundo ensayo resumen muchas de las angustias y las sospechas del mundo en desarrollo.

Una última observación sobre el segundo ensayo de Rajaraman: él señala una garantía del organismo, que dice que “la disponibilidad del combustible no estará influida por la relación geopolítica entre Estados clientes y el país donde se ubique el banco de combustible”. Yo remarcaría que la negación del suministro de combustible a una nación cliente no necesariamente podría deberse a problemas políticos con el país anfitrión del banco de combustible: tensiones entre las naciones clientes y terceras partes también podrían resultar en interrupciones de suministros.

Pienso sinceramente que las iniciativas internacionales de bancos de combustibles pueden ser exitosas – siempre y cuando todas las partes aborden el proyecto con un espíritu de justicia y transparencia, sin regateos políticos detrás de la escena . Sin este espíritu de justicia, las iniciativas fracasarán. Después de todo, el combustible almacenado en estas instalaciones será inútil a menos que las naciones clientes potenciales se puedan sentir seguras de que los suministros de emergencia de combustible serán, de hecho, proporcionados en caso necesario.



 

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